Amamos leer

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domingo, 22 de marzo de 2009

Un nuevo espacio para que los niños y niñas lean

En estas ciudades nuestras cada vez más alejadas del Humano Ser, encontrar un rincón para soñar es encontrar un tesoro. En la Librería Sin Límite de la ciudad de San Cristóbal ampliaron la sección dedicada a los pequeños de la casa y les crearon un hermosísimo espacio para que puedan sentarse (o acostarse) tranquilamente a leer, ojear y revisar los libros. Es un lugar que invita a quedarse. Dentro de la librería está un poco escondido, así que el lector-comprador tímido que sólo se acerque para preguntar, debe atreverse a subir al 2do. piso y a entrar a ese pequeño huequito que está a mano izquierda. Yo estuve allí y me fascinó. Como significa una ampliación de la librería, aún le faltan textos y más textos por incorporar. Pero de antemano les digo que a quienes les gusta la literatura infantil, les va a gustar.

sábado, 21 de marzo de 2009

El libro de los animales


El libro de los animales es otro de esos tesoros de nuestro Aquiles Nazoa. Fue publicado por Monte Avila Editores Latinoamericana con excelentes ilustraciones de Marcela Cabrera.

Como el libro contiene unos poemas en coplas populares como bien conocía y hacía Aquiles, y las coplas no se explican, ni se comentan, sino que se disfrutan, he copiado algunas para que ustedes también las disfruten:


De: "Algunos animales y sus defectos"


De no ser por sus defectos,
que los hacen imperfectos,
multitud de animalitos
pudieran ser muy bonitos.

Si no fuera que recula,
muy linda fuera la mula.

Si no fuera por el pico,
muy lindo fuera el perico.

Si no fuera tan cochina,
fuera linda la gallina.

(...)
De no ser tan erosivos,
qué lindos fueran los chivos.

El día en que no nos pinche
será muy bella la chinche.

Cuando el violín se le quite
será lindo el mapurite.

Finalmente, el elefante
fuera lindo por demás
si lo que tiene delante
lo tuviera por detrás.

domingo, 1 de marzo de 2009

El Perro, el Chivo y los Tigres


Esta es otra de las divertidas historias de nuestro Aquiles Nazoa. En ella se cuenta la aventura de un perro astuto y un chivo cobarde y de cómo ambos logran salir "vivitos y coleando" de las fauces de unos cinco peligrosos tigres.

Cuenta la historia que el perro y el chivo eran vecinos, pero al perro, por bravucón, lo tenían amarrado. Él buscaba la manera de salir de ese yugo y se la pasaba pintándole maravillas al chivo, ilusionándolo con la cantidad de aventuras que tendrían si fueran libres. Al chivo todo le daba miedo y siempre se negaba a soltarlo. Hasta que un buen día, de tanto darle y darle labia, lo convenció.

Así, libres los dos, se fueron a recorrer mundo. El chivo llevaba de bastimento un morralito amarrado de cacho y cacho llenito de granos de maíz. Caminaron todo el día y al final de la tarde consiguieron una cabeza de tigre llena de sangre que asustó mucho al chivo, el perro la recogió e hizo que el chivo la metiera en su morralito y dijo que esa cabeza les serviría de algo.

Ya de nochecita, llegaron a descansar a la cueva de cinco tigres mariposos que se estaban cenando a un burro. Al ver llegar al perro y al chivo, comentaron que los visitantes serían el seco del día. Pero el perro no se acobardó, sacó pechito y preguntó cuál era el jefe. Hizo venir al chivo y con demostración de bravuconería sacó la cabeza del tigre que se habían conseguido y dijo que esa era del tigre más chiquito que habían cazado ese día. Los tigres se asustaron al pensar en la ferocidad de nuestros amigos y los atendieron como a reyes. Luego el perro preguntó donde dormían y cuando le mostraron una troja, éste dijo que ellos la ocuparían por esa noche y subió, pero como el chivo estaba tan asustado, le temblaban las piernas y no lograban escalar por el palo que conducía a lo alto de la troja, el perro disimuló diciendo que temblaba de puro bravo y lo hizo subir.

Estando arriba el chivo no dejaba dormir al perro reclamándole por haberlo metido en semejante problema; bien entrada la madrugada, al fin, lo venció el sueño, pero comenzó a soñar que millones de tigres venían a comérselo. Se despertó de un berrido y pegó un salto que hizo desbaratar la troja y cayó en medio de los tigres; el perro astuto al ver esto le dijo al chivo "agarre usted al más grande que yo me ocupo de los demás"; al oír esto los tigres salieron presurosos para contar a la mañanita cómo se salvaron de milagro de ese peligroso perro y el feroz chivo, mientras éstos siguieron su camino muertos de risa.


Este cuento fue publicado por Ekaré en su novena edición de 2005 con ilustraciones de Esteban Rama en Caracas Venezuela.