¿Qué es el títere?
El títere
es la representación del mundo lúdico y onírico del niño, es la materialización
de la capacidad imaginativa que éstos tienen.
Fundamentalmente es un tipo de teatro en el cual el actor cede su rol
protagónico a los muñecos. Se sabe que
también es especial para niños pues el pequeño se identifica de tal manera con
os muñecos que éstos pasan a ser un símbolo a través del cual manifiestan sus
deseos, motivaciones, tristezas, miedos.
Según Berta Finkel, “El títere es, en primer lugar, un muñeco que se
anima. Alguien a quien el hombre creó, a quien maneja, como maneja al niño y
que, sin embargo, tiene vida propia, como la tiene el niño. Este siente en el
títere una condición bastante parecida a la suya: obedece, pero extraña su
libertad” (p. 15)
¿Qué se necesita para hacer un montaje de títeres?
Guión:
Existen muy buenos textos de títeres
que puedes usar o también puedes diseñar tu propio guión. Debes tener en cuenta que el teatro de
títeres debe ser para el niño, ante todo, un acto lúdico en el que se mezclen
la imaginación, la creación, la alegría y la belleza. Si usamos la obra para
acentuar lo didáctico solamente desvirtuamos la esencia del teatro de títeres y
el niño la percibirá. Esto no quiere
decir que el teatro de títeres no sea didáctico per se, pero esta debe ser una
característica oculta. Por lo tanto, debemos
evitar las obras que traten de enseñar a los niños como cuidar la naturaleza,
cómo ser buenos eternamente, cómo cepillarse los dientes.
El guión debe ser corto para una
puesta que incluya música, cantos y juegos, y que aún así no debe exceder los
45 minutos para no abusar de la retentiva del niño.
- Debe tener marcadas las acotaciones correspondientes para el buen seguimiento del montaje.
- Debe considerar la introducción de música, bailes, cantos y juegos en el momento oportuno.
- Debe seguir el orden canónico de la narración: introducción, nudo y desenlace.
- Se debe aprovechar al máximo el nudo para explotar la tensión en el niño.
- Se deben crear situaciones que le den ambiente a las obras como pausas, silencios, diversas tonalidades de la voz, música, luces diversas, sombras chinescas, entre otros.
Narrador:
El títere narrador está en la obra y fuera de ella.
Conduce el espectáculo y participa a la vez en él. Hace el papel de guía, ayuda
al niño en la comprensión del conflicto y lo motiva para sus posibles
soluciones.
Los cuentos infantiles gozan
permanentemente de un narrador omnisciente que en la adaptación del cuento al
teatro este narrador debe convertirse en un personaje más con ciertas
peculiaridades: es distinto físicamente del resto de los personajes. (por
ejemplo, puede ser un bufón, un payaso, un mimo, un Pierrot). El narrador debe ser alegre, compartir con
los niños, por lo tanto debe procurar identificarse con las anécdotas de los
niños o la comunidad: aprenderse sus nombres o el de sus maestras para hacerlos
co-partícipes del juego titiritesco.
También puede solventar algún conflicto del momento: algo que se cae, la
interrupción de algo externo. Claro,
debes tener en cuenta que el narrador no debe suplir atmósferas o acciones
propias de los personajes como por ejemplo que el narrador diga: “Y ahora viene
conejín y le grita a la conejita” pues para ello está la actuación.
Personajes:
Los personajes deben tener rasgos marcados y
tipificados en el niño: el bueno, el malo, la princesa, la bruja, el tonto, el
diablo, etc. Es
preferible las obras que contienen pocos personajes.
Teatrino:
El teatrino es el lugar en el cual
los actores se ocultan para dar paso al muñeco.
En el teatro tradicional consiste en una caja negra en la cual se asoman
los muñecos con una escenografía de fondo.
Este se puede elaborar con tubos y tela o bien con material reciclable
tales como cajas grandes de cartón, papel y pinturas.
Sin embargo, en el teatro de títeres contemporáneo, los actores son vistos por el público y a veces, los teatrinos son muy versátiles y adaptados a las obras.
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